Esta música no me pertenece y sólo ha sido utilizada para fines de concientización.
TESTIMONIOS
Anabella Funes
Diagnóstico: Octubre 2019
Me llamo Anabella y soy sobreviviente de cáncer de mama.
María José Castro
Diagnóstico: Abril 2017
Mi nombre es María José Castro tengo 29 y soy sobreviviente de cáncer de mama.
Patricia de Milián
Diagnóstico: Enero 2022
Sobreviviente de cáncer de seno, comparte su valiente historia de lucha, fe y esperanza.
Samy Paredes
Diagnóstico: Octubre 2022
Mi vida cambió un 6 de octubre de 2022. Con fe y gratitud, superé el cáncer de mama y ahora sé que seré madre. ¡Lista para lo que venga!
Anabella Funes
Me llamo Anabella y soy sobreviviente de cáncer de mama.
En octubre del 2019 fui a realizarme mi chequeo anual de mamografía y ultrasonografía. Los resultados no fueron favorables, pues me diagnosticaron cáncer en la mama izquierda. Al escuchar de mi doctora la noticia, el mundo se me vino abajo. Nunca se está preparado para recibir una noticia de ese tipo. Lo primero que pensé fue en mis hijos, mi esposo, mi familia y cómo haría para enfrentar esta situación. Claramente, son momentos de mucha angustia, inseguridad y, sobre todo, miedo. Pero, como dice el dicho “al mal paso darle prisa”, decidí actuar rápidamente de la mano de Dios, la Virgencita conmigo y el apoyo incondicional de mi esposo e hijos.
Dentro de lo complicado de la condición, estaba la buena noticia de que el cáncer era grado 1. Esto significa que el tumor era pequeño, invasivo, pero no se había diseminado a los ganglios linfáticos. Mi operación fue en diciembre del 2019. Todo salió muy bien y mi recuperación fue rápida.
Me considero una mujer muy afortunada por la familia maravillosa que Dios me dio y sumamente bendecida porque me fue poniendo en el camino a las personas que me ayudaron a salir adelante.
A todas las mujeres que atraviesan una situación similar les quiero reafirmar que Dios no te suelta jamás. Él te sostiene, te fortalece y te abre caminos para salir adelante.
María José Castro
Mi nombre es María José Castro tengo 29 años, y soy sobreviviente de cáncer de mama.
En el 2017 me diagnosticaron cáncer de mama invasivo en etapa 3. Al principio pensaba que esta enfermedad solo les daba a las personas mayores de 40 años. Preguntaba siempre a Dios ¿Por qué yo? ¿Por qué a mí, si solo tenía 22 años?
Creo que tener cáncer de mama tan joven es muy impactante, pues uno tiene sueños y metas que seguir cumpliendo. Al principio la palabra cáncer significaba sinónimo de muerte; sentí miedo; desconocía muchas cosas del cáncer ya que en mi familia no había ningún caso relacionado a la enfermedad.
A los 12 días de la primera quimioterapia y 2 días después de mi cumpleaños número 23, empecé a perder el cabello. Para mí fue muy traumático ver cómo me iba quedando sin cejas, sin pestañas y más aún a una edad super joven. Al llegar a 2 quimioterapias (rojas) me cambiaron el tratamiento e iniciamos uno nuevo, lo que significó una nueva cuenta: 3 quimioterapias, mastectomía y 3 quimioterapias más.
Mi mastectomía fue el 18 de octubre del mismo año. Estaba nerviosa y deprimida; sabía que perdería parte de mi “feminidad”. Al principio no comprendía bien todo lo que estaba pasando, pero acepté y aprendí que iba a despertar sin un seno. No fue fácil, jamás pensé en pasar algo tan doloroso, pero luego comprendí que tenía que perder algo de mi cuerpo para poder salvar mi vida. Y me acepté y me amé tal cual soy.
También comprendí que la pregunta “¿Por qué yo?” no era la correcta, sino más bien “¿Para qué?”. Me di cuenta que mi proceso y testimonio servirían para crear conciencia en personas jóvenes que deben realizarse sus chequeos, y que las personas que están pasando por esta enfermedad sepan que Dios es más fuerte que el cáncer. Mi consejo ante cualquier irregularidad en su cuerpo es que se examinen, ya que un diagnóstico temprano puede salvar vidas. ¡Amarte, quererte y respetarte es también cuidarte y examinarte!
Para la gloria de Dios, llevo 6 años libre de cáncer y, a pesar de que me dijeron que por mi edad y tratamiento no podría ser mamá, Dios es tan fiel y misericordioso que las bendiciones llegaron a mi vida luego del cáncer. En junio de 2021, me convertí en mamá. Para Dios no hay nada imposible si uno cree con mucha fe desde su corazón.
Patricia de Milián
Mi nombre es Patricia de Milián, tengo 49 años. Fui diagnosticada en enero del 2022 con cáncer en el seno derecho. Desde ese día comenzó un nuevo camino; inició una lucha contra el cáncer.
Al principio, me asusté muchísimo y lo primero que pensé fue: «Me voy a morir,» y me enojé mucho con Dios y lo vi como un castigo.
Al salir de hacerme el examen donde me habían confirmado mi diagnóstico, lloré pensando lo peor. El mismo día me fui donde mi ginecóloga y ella me refirió a una mastóloga, quien me realizó una biopsia y, en efecto, era cáncer.
De ahí fui con la oncóloga y vimos con ella las opciones para extraer el tumor. Yo opté por una mastectomía bilateral radical.
Desde el día cero hasta hoy, mi familia y amigos me apoyaron y eso fue lo que me mantuvo positiva y segura de que Dios tenía el control de mi vida. También recibí la llamada de Marcela de Molina, una amiga súper especial, mi ángel, y me contó de un grupo maravilloso de apoyo donde todas eran sobrevivientes de cáncer de seno y que, así como yo, habían pasado por lo mismo. Sentí que no estaba sola. Me habló de Living Pink, que hoy son mi otra familia. Me recibieron y rezaron mucho por mí.
El 5 de marzo del 2022 me realizaron la cirugía. Recuerdo ese día como si fuera ayer; gracias a Dios todo salió bien y acá estoy dando testimonio de que Dios es fiel y que sus planes son perfectos. A pesar de las cicatrices y de los momentos duros que viví, hoy puedo decir que soy una «superviviente» de cáncer de seno y nunca me sentí sola.
También aprendí que un diagnóstico a tiempo puede salvarte la vida. No tengan miedo, la mamografía no duele, el cáncer sí.
Samy Paredes
La vida me cambió un 6 de octubre de 2022. Me encontraba recién casada, con la ilusión de ser madre a mis 43 años.
Mi despertar espiritual ha sido lleno de agradables sorpresas y muestras de la misericordia de Dios. El diagnóstico de cáncer de mama fue, sin duda, una de ellas.
Sin embargo, después de dos años no quedábamos embarazados. Decidimos examinar nuestra fertilidad y fue así cómo, después de muchas pruebas, confirmamos que sí era una posibilidad.
Quise apresurar el proceso inyectando un subidón de hormonas en mi cuerpo para tratar de concebir más rápido (¡Samy interfiriendo en los planes divinos!). Una noche antes de ir a la cita me autoexaminé al sentir una bolita dura en mi pecho derecho. Ahí fue la mano de Dios guiándome y deteniéndome (sin yo saberlo) y justo en ese momento comenzó todo.
El tan esperado día en la clínica de fertilidad, antes de hacerme el proceso hormonal, me detectaron en ultrasonografía sospechas de cáncer de mama. Mis planes se congelaron; Dios entró a tomar las riendas de la carrera de mi vida.
Al día siguiente, en la mamografía, lo confirmamos: era un cáncer luminal A en etapa temprana, operable y tratable. Viví una lumpectomía y radiaciones en los dos meses más bendecidos a la fecha. Me encuentro en los cinco años con supresor de hormonas y con un estilo de vida radicalmente diferente. Dios es bueno y la enfermedad solo vino a transformarme en una mejor versión de mí.
Sé que seré madre después del cáncer, solo debía hacer unos ajustes menores y darle el mantenimiento adecuado a mi cuerpo para alojar al próximo milagro que mis ojos verán. Estoy lista.
El proceso es posible de sobrellevar con fe, amor y mucha gratitud. ¡Gracias, cáncer, por haberme enseñado tanto!
Otros testimonios
Esta música no me pertenece y sólo ha sido utilizada para fines de concientización.